La contaminación del aire y la temporada de invierno son un dúo mortal. Una nueva investigación ha presentado una observación de que la presencia de estas dos condiciones aumenta la probabilidad de convulsiones en pacientes epilépticos. Lea más para descubrir cómo la contaminación del aire es un demonio para las personas que sufren de epilepsia.
El trabajo de investigación abarcó unos cinco años y explora la interconexión de los ataques epilépticos con factores como la estacionalidad, la exposición a la contaminación del aire y las condiciones meteorológicas. El pediatra taiwanés Chiang Kuo-Liang asumió la responsabilidad de realizar el estudio piloto crucial y lo tituló como: El efecto del clima, la contaminación del aire y la estacionalidad en el número de visitas de pacientes por ataques epilépticos: un estudio de serie temporal basado en la población.
¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es una condición neurológica que afecta el funcionamiento del sistema nervioso central (SNC). Puede ser genético o adquirido durante las últimas etapas de la vida y afecta a todos los grupos de edad. Las convulsiones impredecibles son características de este trastorno nervioso. Estas convulsiones, con el tiempo, pueden convertirse en otras complicaciones de salud.
Por tanto, identificar los factores desencadenantes que pueden catalizar los episodios es fundamental para controlar la gravedad.
¿Qué tan malo es el efecto de la contaminación del aire en los ataques epilépticos?
Los registros de pacientes ambulatorios y hospitalizados de la base de datos nacional de seguros de salud para el período de estudio estipulado (2009-2013), los datos de contaminación del aire de las estaciones de monitoreo de la calidad del aire y los datos meteorológicos de la Oficina Meteorológica fueron fundamentales para determinar el resultado.
Según las observaciones, las visitas al hospital de pacientes epilépticos fueron significativamente más altas durante enero y febrero que el resto del año. El estudio también confirmó la asociación entre el promedio de visitas por día (por meses) y numerosos determinantes de la contaminación del aire, como partículas (PM2.5), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), óxido nitroso (NO), metano ( CH4) e hidrocarburos distintos del metano (NMHC).
Otro factor crucial que acentúa las convulsiones es la alta presión atmosférica en invierno. Los cambios barométricos drásticos pueden vigorizar la actividad del cerebro que puede dar lugar a episodios. Esto simplemente implica que los cambios intensos de presión pueden aumentar la entropía de la red neuronal que puede sobrecargar el cerebro.
Conclusión
Este estudio, por lo tanto, establece una temida correlación estacional de la contaminación del aire con los ataques epilépticos. La calidad del aire deficiente puede exacerbar el trastorno neural. También destaca la necesidad apremiante de una gestión eficaz de la calidad del aire. En este sentido, el monitoreo diligente de la calidad del aire y el pronóstico meteorológico meticuloso pueden contener la condición neurológica. También puede ayudar a predecir las próximas convulsiones relacionadas con el estímulo ambiental externo.
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